LOS
ZOMBIES DE SALVO RESEÑA POR BENJAMÍN ROMÁN ABRAM
La
obra se publicó en una muestra de cuentos peruanos en la que destacaba, a
continuación el propio autor, celebrado difusor de la literatura fantástica en
Perú, la llevó a Smarshword, así que a la fecha de esta reseña, Zombies Inc, es
de descarga gratuita. La trama se inicia con la llegada de un cliente a un
local de la cadena de cafeterías más grande del mundo. El encargado del lugar
advierte que el consumidor es una persona adinerada, por lo que lo atiende casi
en exceso. Así, como un complemento a su servicio le ofrece una cabeza zombie
de quien fuera una linda chica rubia, y él acepta. La “activa” y para su
sorpresa, de la boca en lugar de intentos de ataque, gritos o letanías, emite
palabras que denotan inteligencia, también un pedido… ¡ayuda! Ayuda ante los
dueños de las corporaciones, que reciclan las cabezas, o distintas partes de cuerpos
de los muertos como mercadería, a pesar de que ya saben que los zombies están recobrando
la conciencia y que pueden ser curados.
Me
he permitido contar algo de Zombies, Inc. porque es mucho más que un argumento
o incluso que un cuento. Es un ensayo crítico a una sociedad capitalista como es
la de Estados Unidos en la que consumismo se ha desbordado. El título ya nos daba
la primera pista de lo mencionado, ya que utiliza la forma inglesa,
"zombie" y no "zombi"; como "Inc." en lugar de
nuestra "S. A". Luego sus líneas lo reafirman. Están pobladas de
vocablos de la ciencia económica: cliente, empleado, mercado, locales, empresas,
maquinarias, fábricas, propina, servicios, etc.
En el relato se hace referencia a que los
ciudadanos pasaron por el susto del apocalipsis de los muertos vivientes, pero
sobrevivieron sin quedar demasiado maltrechos, sin alteración en su forma de
vida. Un mundo donde la riqueza y en qué gastarla sigue siendo el norte. Y en
el que la inventiva yanqui (imposible de negar), aliada con el empresariado, termina
haciendo de partes del cuerpo de los zombies engranajes de maquinarias o motivo
de entretenimiento y exotismo.
Es
una obra en la que se advierten homenajes e influencias, como la zombie - cabeza
que sueña en volverse humana previa reconstrucción de su cuerpo con las
técnicas de un doctor bielorruso, entonces, un verdadero Frankenstein (cuyo
engendro es para algunos el primer muerto vivo). El influjo de la pantalla no
dejar de estar presente: las cabezas parlantes de la serie animada Futurama o
de las antiguas películas de terror, por ejemplo. No podía faltar Asimov, que
pareciera que desde el universo de Los Propios Dioses drena energía a la Tierra
para resucitar a los muertos. La explotación de una "nueva especie" por
los humanos, refiere a La Guerra de las Salamandras. El argumento mordaz y sarcástico,
ya ha sido bien recibido en películas como Fido. En las novelas ya han
triunfado los muertos con emociones, en medio de lo que quedaba del mundo
consumista, así está Warm Bodies (Mi novio es un Zombie) de Isaac Marion o
Diario de un zombi de Sergi Llauge.
Los
zombies de este cuento, también nos vuelven al inicio del género. Más allá de mencionada
criatura de Mary Shelley, sin negar a los monstruos literarios o cinematográficos
más modernos (originados en un gas, un experimento, un error científico). Más
bien, pareciera estar a favor del más antiguo, el haitiano. Pobre ser que
mediante el vudú era convertido en un esclavo y trabajaba en las plantaciones
de caña. Los de Daniel Salvo hacen casi lo mismo. Además, rompe con la estética
de la monstruosidad, la cabeza de la mujer era hermosa, de la que algunos
lectores quedarán sino embelesados, sí atraídos.
El
mérito de esta creación no es solo una buena amalgama del subgénero, sino que es
un cuento que apunta a lo total; encontramos, además de lo ya citado a las
plantas nucleares; la religión (en boca del zombi-cura-cabeza); los temas
legales: los restos vivientes eran bienes muebles; los sentimientos más
variados, como los de Lucy que muestra tener alma.
De
final abierto, deja al lector con ganas de más. Por eso esperemos que Daniel
mientras use las aplicaciones de Microsoft, y sorba su acostumbrada taza de café
en Ztarbuckz, (Starbucks diré), se anime a continuarla, tal vez como novela.
Otro pedido es que las cabezas que importa USA, no sean de peruanos y mucho
menos usado el TLC. Entonces, nos quedamos con su advertencia implícita, no entregarnos
al mercado capitalista, al menos no del todo.