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RESEÑAS por Benjamín Román Abram

ZOMBIES, INC.| DANIEL SALVO | RESEÑA POR BENJAMÍN ROMÁN ABRAM


 LOS ZOMBIES DE SALVO    RESEÑA POR BENJAMÍN ROMÁN ABRAM

           ZOMBIES, INC.| DANIEL SALVO (ICA, 1967) | SMASHWORDS EDITION | 2016
La obra se publicó en una muestra de cuentos peruanos en la que destacaba, a continuación el propio autor, celebrado difusor de la literatura fantástica en Perú, la llevó a Smarshword, así que a la fecha de esta reseña, Zombies Inc, es de descarga gratuita. La trama se inicia con la llegada de un cliente a un local de la cadena de cafeterías más grande del mundo. El encargado del lugar advierte que el consumidor es una persona adinerada, por lo que lo atiende casi en exceso. Así, como un complemento a su servicio le ofrece una cabeza zombie de quien fuera una linda chica rubia, y él acepta. La “activa” y para su sorpresa, de la boca en lugar de intentos de ataque, gritos o letanías, emite palabras que denotan inteligencia, también un pedido… ¡ayuda! Ayuda ante los dueños de las corporaciones, que reciclan las cabezas, o distintas partes de cuerpos de los muertos como mercadería, a pesar de que ya saben que los zombies están recobrando la conciencia y que pueden ser curados.
Me he permitido contar algo de Zombies, Inc. porque es mucho más que un argumento o incluso que un cuento. Es un ensayo crítico a una sociedad capitalista como es la de Estados Unidos en la que consumismo se ha desbordado. El título ya nos daba la primera pista de lo mencionado, ya que utiliza la forma inglesa, "zombie" y no "zombi"; como "Inc." en lugar de nuestra "S. A". Luego sus líneas lo reafirman. Están pobladas de vocablos de la ciencia económica: cliente, empleado, mercado, locales, empresas, maquinarias, fábricas, propina, servicios, etc.
 En el relato se hace referencia a que los ciudadanos pasaron por el susto del apocalipsis de los muertos vivientes, pero sobrevivieron sin quedar demasiado maltrechos, sin alteración en su forma de vida. Un mundo donde la riqueza y en qué gastarla sigue siendo el norte. Y en el que la inventiva yanqui (imposible de negar), aliada con el empresariado, termina haciendo de partes del cuerpo de los zombies engranajes de maquinarias o motivo de entretenimiento y exotismo.
Es una obra en la que se advierten homenajes e influencias, como la zombie - cabeza que sueña en volverse humana previa reconstrucción de su cuerpo con las técnicas de un doctor bielorruso, entonces, un verdadero Frankenstein (cuyo engendro es para algunos el primer muerto vivo). El influjo de la pantalla no dejar de estar presente: las cabezas parlantes de la serie animada Futurama o de las antiguas películas de terror, por ejemplo. No podía faltar Asimov, que pareciera que desde el universo de Los Propios Dioses drena energía a la Tierra para resucitar a los muertos. La explotación de una "nueva especie" por los humanos, refiere a La Guerra de las Salamandras. El argumento mordaz y sarcástico, ya ha sido bien recibido en películas como Fido. En las novelas ya han triunfado los muertos con emociones, en medio de lo que quedaba del mundo consumista, así está Warm Bodies (Mi novio es un Zombie) de Isaac Marion o Diario de un zombi de Sergi Llauge.
Los zombies de este cuento, también nos vuelven al inicio del género. Más allá de mencionada criatura de Mary Shelley, sin negar a los monstruos literarios o cinematográficos más modernos (originados en un gas, un experimento, un error científico). Más bien, pareciera estar a favor del más antiguo, el haitiano. Pobre ser que mediante el vudú era convertido en un esclavo y trabajaba en las plantaciones de caña. Los de Daniel Salvo hacen casi lo mismo. Además, rompe con la estética de la monstruosidad, la cabeza de la mujer era hermosa, de la que algunos lectores quedarán sino embelesados, sí atraídos.
El mérito de esta creación no es solo una buena amalgama del subgénero, sino que es un cuento que apunta a lo total; encontramos, además de lo ya citado a las plantas nucleares; la religión (en boca del zombi-cura-cabeza); los temas legales: los restos vivientes eran bienes muebles; los sentimientos más variados, como los de Lucy que muestra tener alma.
De final abierto, deja al lector con ganas de más. Por eso esperemos que Daniel mientras use las aplicaciones de Microsoft, y sorba su acostumbrada taza de café en Ztarbuckz, (Starbucks diré), se anime a continuarla, tal vez como novela. Otro pedido es que las cabezas que importa USA, no sean de peruanos y mucho menos usado el TLC. Entonces, nos quedamos con su advertencia implícita, no entregarnos al mercado capitalista, al menos no del todo.