CIA Perú, 1985. Una novela
de espías | Alejandro Neyra (Lima, 1974) | Estruendomudo (2012) | 113 páginas
Reseña por L. Benjamín Román Abram
IN UTROQ FELIX
Sobre la premiada CÍA Perú, 1985. Una
Novela de Espías, hace un tiempo escuché de esta obra y luego la vi en librerías.
En esa ocasión, gracias al gancho de su título y su carátula (inefable para
algunos), se despertó mi curiosidad por leerla; sin embargo, llegó a mis manos
hace poco. Terminada la lectura de la
misma, llegué a varias conclusiones. La primera es que «En uno y otro (mundo)
felices», era una expresión que se ajusta a la perfección con el autor,
Alejandro Neyra, y no porque se traslade del espacio diplomático al mundo del
fisgoneo profesional, nada inverosímil en lo que para esta carrera de
relaciones exteriores se refiere, sino porque continúa la huella de otros
grandes escritores de novelas de espías. Un ejemplo es Le Carré, que además de
moverse en el mundo de la creación literaria
también había hecho la carrera
del Servicio Exterior; por otro lado, tenemos a
Ian Fleming, que una manera menos glamorosa hizo labores de Inteligencia
durante la Segunda Guerra Mundial.
Otra conclusión es que desde sus primeras
líneas la novela transmite la acción y suspenso que corresponde el género.
Aunque el autor no apela al clásico escenario Estados Unidos-URSS, menciona
abundantemente a los americanos, la trama la sitúa en Perú y asigna a su espía
la labor de empaparse de situación política del año 1985, época de elecciones
presidenciales. Proteger a su santidad Juan Pablo II en su estadía en nuestro suelo y controlar el
auge del feroz grupo terrorista Sendero Luminoso, uno de los actores
principales del volumen, que si bien no sabemos si intentaba dominar al mundo,
al menos sí nuestra patria.
Escrita con cierta ironía, y no dejando
de describir la gran desproporción de riqueza y pobreza entre la sociedad
peruana, algo típico del tercer mundo, toma prestado el personaje del príncipe
Malko Linge, del universo de otro novelista, Gérard de Villiers, que a mi
parecer en lugar de volverla una parodia o un pastiche acerca a CÍA Perú, 1985 a
las maneras de la autoficción.
Tiene muchos guiños, no sabría decir si
todos necesariamente adrede, pero en verdad disfrutable. ¿Acaso Gérard de
Villiers llegó a Alejandro Neyra rememorando al pionero de este tópico, el
francés William Le Queux? ¿Su Alteza Serenísima no tiene una sonoridad parecida
al título Al Servicio Secreto de su Majestad cuyo protagonista era James Bond?
Y su personaje principal no es el espía austriaco, Son Altesse Sérénissime,
sino su “segundo”, el novel diplomático peruano cuyo nombre no sabremos, ¿no termina
adoptando la función de un John H. Watson?, que acompaña, asiste y narra las
andanzas de un moderno Sherlock Holmes (Malko Linge por si no queda claro).
Eché de menos que no tuviera más páginas,
muchas más y en cierto momento también la presencia de la dama, que si bien
iban apareciendo, eran personajes más fugaces que un párrafo. Cuando surge,
pasma sobre quién es la mujer.
El libro posee muchas virtudes,
entretiene, enseña, los capítulos tienen el estilo literario que corresponde al
género. Es para todo público. Léanla.