La ópera prima de Jim Rodríguez
es una novela que gustará sobre todo a los aficionados a la ciencia ficción y a
los jóvenes lectores. La portada es un acierto y un homenaje al género ya que
se aprecia un estilo clásico. Allí se visualizan cuatro personajes (uno de
estos se llama como al autor), formados unos detrás del otro, en llamativos
colores y con un astro como fondo. En su interior se cuenta la lucha, con amplios
antecedentes, entre dos potencias estelares, hasta que aparece una entidad
todopoderosa que los pone en jaque, y que inicia, de manera inexplicable, una
persecución a una científica terrestre.
La obra libera una infinidad
de ideas a veces en forma de situaciones, planetas, personajes; otras en
creaciones tecnológicas y sobre todo en interesantes líneas argumentales. Se
podría agregar en una próxima edición, un apéndice con un glosario de términos
que faciliten acceder al vasto universo que ha imaginado Rodríguez. Sus líneas
también nos llevan a deducir algunas de las fuentes que las alimentan: los
cómics y los dibujos animados, incluyendo el manga. Por ejemplo, podemos percibir la influencia de la factoría
Marvel y su fuerza cósmica, Galactus. También de Dragon Ball, sobre todo en la
transformación de los personajes en seres cada vez más poderosos.
El subgénero es fundamentalmente space opera en detrimento de lo que
podríamos pensar por el título «La máquina del tiempo» y no porque el ingenio sea poco creíble, al contrario, está bien
concebido, sino que este ingresa a la mitad de la obra y en ese momento ya hemos
interiorizado las naves, inventos, novedades, descubrimientos y batallas.
El autor crea, en forma
acertada, una expectativa al lector, sin necesariamente, darle todas las respuestas.
En dicho caso, entendemos que se hallarán en los próximos volúmenes, al ser esta
publicación el inicio de una saga. Completando lo dicho al principio,
aficionados al género de la ciencia ficción, como los que busquen opciones de
lectura disfrutarán de Apokhalipzis | La máquina del tiempo.